El aroma intenso del té cultivado en altura, la suavidad del chocolate, el sofisticado sabor de las nueces de macadamia y la suavidad del cacao.
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Te traemos un pedacito de India en esta combinación de los mejores tés negros y las más vibrantes especias.
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Tanto el té verde como el té negro están hechos de un arbusto llamado Camellia Sinesis, pero con diferentes métodos de procesamiento. Además de las hojas secas, enrolladas y calentadas, las hojas de té negro se fermentan antes del proceso de calentamiento final.
A continuación, te mostraremos algunos de los beneficios y propiedades del té negro.
Los estudios sugieren que el té negro reduce la formación de placa y restringe el crecimiento de bacterias que promueven la formación de caries y caries dentales. Los polifenoles que se encuentran en el té negro matan y superan a las bacterias que causan caries, además de obstaculizar el crecimiento de enzimas bacterianas que forman el material pegajoso que une la placa a nuestros dientes.
Según diversos estudios se observa que, independientemente del país de origen de las personas, las personas que consumen 3 o más tazas de té tienen un 21% menos de riesgo de un derrame cerebral que las personas que consumen menos de 1 taza de té verde o negro al día.
El té negro contiene polifenoles, que también son antioxidantes que ayudan a bloquear el daño del ADN asociado con el tabaco u otras sustancias químicas tóxicas. Estos antioxidantes son diferentes a los que se obtienen de las frutas y verduras y por tanto como parte habitual de nuestra dieta pueden aportar beneficios adicionales hacia un estilo de vida saludable.
Aunque se requiere mucha más investigación para sugerir con seguridad técnicas de prevención del cáncer, algunas investigaciones a lo largo de los años sugieren que los antioxidantes como el polifenol y las catequinas en el té pueden ayudar a prevenir algunos tipos de cáncer. Se ha sugerido que las mujeres que beben té negro con regularidad tienen menos probabilidades de padecer cáncer de ovario que sus contrapartes.
También se ha sugerido que los bebedores de té habituales tienen huesos más fuertes y una menor probabilidad de desarrollar artritis debido a los fitoquímicos que se encuentran en el té.
Basado en un estudio de investigación realizado con personas mayores que viven en las islas del Mediterráneo, se descubrió que las personas que habían consumido té negro a largo plazo en un nivel moderado (es decir, 1-2 tazas al día) tenían un 70% menos probabilidad de tener o desarrollar diabetes tipo 2.
Todos conocemos y tenemos mucha experiencia sobre los beneficios calmantes y relajantes del té negro. No solo te ayuda a relajarte después de un largo día, los estudios muestran que el aminoácido L-teanina que se encuentra en el té negro puede ayudarte a relajarte y concentrarte mejor.
También se ha demostrado que el té negro reduce los niveles de la hormona del estrés cortisol cuando se consume en cantidades moderadas de forma regular.
El té negro contiene antígenos de alquilamina que ayudan a estimular nuestra respuesta inmunológica. Además, también contiene taninos que tienen la capacidad de combatir los virus y, por lo tanto, nos mantienen protegidos de la influenza, la gripe estomacal y otros virus que se encuentran comúnmente en nuestra vida diaria.
Además de mejorar su sistema inmunológico, los taninos también tienen un efecto terapéutico sobre las enfermedades gástricas e intestinales y también ayudan a disminuir la actividad digestiva.
A diferencia de otras bebidas que tienen un contenido de cafeína relativamente más alto, las bajas cantidades que se encuentran en el té pueden ayudar a mejorar el flujo sanguíneo al cerebro sin sobreestimular el corazón. También estimula el metabolismo y el sistema respiratorio, así como el corazón y los riñones.
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